Exaltación del justo y humillación del malvado
Al músico principal. Sobre «No destruyas». Salmo de Asaf. Cántico.
1Gracias te damos, Dios mío, gracias te damos,
porque tu nombre está cerca de nosotros.
¡Todos hablan de tus hechos portentosos!
2«En el momento en que yo decida,
habré de juzgar con rectitud.
3Aunque la tierra y sus habitantes se estremezcan,
yo sostengo sus columnas.
4A los insensatos les digo: “No sean arrogantes”,
y a los impíos: “No sean orgullosos;
5no hagan alarde de su poder;
no levanten tanto la nariz.”
6El juicio no viene del este ni del oeste,
ni del desierto ni de las montañas:
7El juicio proviene de mí, que soy Dios.
A unos humillo, y a otros enaltezco.
8Ya el cáliz del juicio está en mi mano;
ya el vino mezclado se ha fermentado,
y yo, el Señor, estoy por derramarlo;
¡todos los impíos de la tierra lo beberán hasta el fondo!»
9Yo siempre hablaré de ti,
te cantaré salmos, Dios de Jacob.
10Tú deshaces todo el poder de los pecadores,
pero exaltas la fuerza de los hombres justos.